¡Familia!
Hoy queremos hacer una pausa para honrar y celebrar el don de las madres: las que nos dieron la vida, nos criaron con amor incondicional y nos han nutrido y guiado en la fe.
A cada madre, abuela, madre espiritual y madre de corazón entre nosotros: ¡gracias! Tu amor refleja el carácter amoroso y tierno de nuestro Dios. Tus sacrificios en silencio se hacen eco del corazón de servicio de Cristo y tus oraciones y presencia importan más de lo que crees.
Y para aquellas a quienes hoy les trae dolor, ya sea a través de la pérdida, el anhelo o las relaciones complejas, sepan esto: Dios las ve, las ama y siempre está cerca. Nosotros, tu familia de la iglesia, también lo hacemos.
Que este día nos recuerde a todos la belleza del diseño de Dios en la maternidad, y que nos animemos unos a otros con gratitud, gracia y compasión.
En Cristo,
Pastor Hanibal